¿De qué queso está hecha la Luna?

Fuente: flickr Fuente: flickr

Curiosidades de nuestro satélite

Sergio Cuevas

Tiempo estimado de lectura: 3 minutos

La Luna es el único satélite natural de nuestro planeta, la Tierra. Posee un cuarto del diámetro terrestre, y un 12% de su masa, convirtiéndolo en el satélite más grande en relación a su planeta del Sistema Solar. En términos absolutos, es el quinto más grande. Está compuesta por un 43% de oxígeno, y se formó como consecuencia del impacto entre la primigenia Tierra y otro protoplaneta del tamaño de Marte.

¿Tiene la Luna una cara oculta?

La Luna completa una revolución orbital (una órbita completa alrededor de la Tierra) en el mismo tiempo que tarda en completar una revolución sobre sí misma. Esta coincidencia se conoce como resonancia 1:1 y obliga a que desde cada punto de la Tierra siempre se vea la misma localización en la superficie lunar (lo que genera la famosa ilusión de “cara oculta”). Este fenómeno tiene importantes consecuencias sobre la vida en la Tierra al tratarse de un efecto generado por la interacción gravitatoria entre la Luna, la Tierra y el mar

¿La Luna gira alrededor de la Tierra?

Dos cuerpos másicos únicamente sometidos a la acción de la gravedad entre ambos (como sucede entre planetas) se mueven uno respecto al otro en una trayectoria cónica (circular, elíptica, parabólica o hiperbólica). Si la masa de uno de ellos es pequeña comparada con la del otro cuerpo, esta trayectoria se centra alrededor del cuerpo más masivo. Por contra, si ambas masas son comparables en magnitud, el movimiento de ambas (las órbitas que describen) no se produce alrededor del otro cuerpo celeste, sino que se realizan alrededor de un punto vacío del espacio, que se conoce como baricentro del sistema. Al ser la masa de la Luna comparable a la de la Tierra, el centro alrededor del cual la Luna realiza su órbita no es el de nuestro planeta, sino un punto en el interior de la corteza terrestre; aproximadamente a ⅔  del radio por encima del núcleo. Además, la órbita de la Tierra generada por la atracción lunar también está centrada en este punto.

¿Oxígeno en nuestro satélite? 

Nuestro satélite no posee la masa suficiente como para retener una capa de aire o gas por encima de su superficie: no hay atmósfera en la Luna. Es por ello que tampoco escucharás ningún sonido ni verás volar a ningún avión en la superficie lunar.

¿Se convertirá algún día en los anillos de Saturno? 

La forma que adquieren los planetas, y en general los cuerpos celestes, está sujeta a la fuerza de atracción gravitatoria dominante sobre ellos. En el caso de la Tierra, su forma viene determinada por muchos factores, pero sobre todo por la atracción gravitatoria del Sol. Lo mismo sucede con la Luna: la forma de nuestro satélite está determinada por la velocidad de rotación sobre su propio eje y por la gravedad de la Tierra. 

En el momento de su creación los cuerpos celestes adquieren lo que se llaman formas de revolución, casi siempre esferas. Con el tiempo su órbita se estabiliza, y el cuerpo que mayor atracción gravitatoria ejerce sobre este nuevo planeta empieza a modificar su forma por las fuerzas de marea (diferencias que existen en la atracción gravitatoria que ejerce un cuerpo sobre otro). En el caso de la Luna y la Tierra, esto se refiere a que en todo momento todos los puntos de la Tierra atraen a la Luna, pero no con la misma intensidad. Asia y América atraen al satélite de manera simultánea pero están diametralmente situadas en la Tierra. Al estar a distancias distintas de la Luna, la atracción que ejercen sobre esta es distinta, lo que provoca una diferencia de intensidad de la atracción. Esto es conocido como fuerzas de marea. Son estas fuerzas las que afectan a la forma de la Luna, ya que zonas de la Tierra tiran más de un lado y menos de otro; lo que provoca que la Luna se achate y abandone su forma esférica inicial para asemejarse a la de un limón. Si las fuerzas de marea fueran muy grandes, es decir, si la Tierra estuviera más cerca de la Luna, o si la Tierra tuviera mucha más masa que la Luna, estas diferencias harían que el satélite se rompiera. Si esto sucediera, debido a que la fuerza gravitatoria sigue existiendo, los fragmentos de la Luna se acabarían reuniendo en torno al ecuador de la Tierra y se formaría un anillo

¿Puedes resfriarte en la Luna?

El polvo lunar es altamente tóxico y dañino: es tremendamente afilado, pudiendo causar daños materiales sobre naves y trajes y un síndrome respiratorio similar a la silicosis (enfermedad provocada por el depósito de polvo en los pulmones). Las misiones Apolo sufrieron numerosos percances como consecuencia de los daños causados por este polvo en los módulos lunares, incluyendo un cuadro de “fiebre de heno”. Recientemente, NASA ha lanzado un concurso para estudiantes en el que se presentarán soluciones ingeniosas a este problema para la vuelta a la humanidad a la Luna esta década.

¿Cómo se mueve?

El movimiento de la Luna alrededor de la Tierra (o mejor dicho, de su baricentro), así como su movimiento de rotación son tremendamente difíciles de describir. La dinámica lunar (su movimiento y aquello que lo origina) es uno de los principales campos de investigación de la mecánica celeste, la rama de la física que se encarga del estudio del movimiento de los astros. A modo de ejemplo: la Luna gira sobre sí misma en tres direcciones distintas, convirtiendo el día lunar en un fenómeno nada estable ni repetitivo; si la órbita lunar estuviera inclinada respecto al plano que contiene al Sol y la Tierra (el plano eclíptico), habría impactado con nuestro planeta en menos de diez órbitas.