Andrea Merino García
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Estamos viendo como grandes clásicos de Disney llegan de nuevo a la gran pantalla, pero esta vez en un nuevo formato: el Live Action. Sin duda, estas películas han formado parte de la infancia de muchas personas, las cuales, han recibido estas nuevas adaptaciones con gran entusiasmo. La Bella y la Bestia, Cenicienta, El Rey León, Aladdín, El Libro de la Selva, La Dama y el Vagabundo… ¿quién no se ha emocionado una y mil veces con cada personaje, cada canción, cada lección siendo un niño… y no siéndolo tanto?
A pesar de que a partir de princesas como Jazmín o Pocahontas ya empezamos a ver personajes con mucho más temperamento y carácter dispuestas a seguir su propio camino; Mulán es sin duda la que marca la diferencia. La película de animación se estrenó en 1998 y vino a romper con la idea de que “las princesas necesitan ser salvadas” para implantar algo mucho más importante: ellas pueden salvarse a sí mismas y a los demás. El 4 septiembre de 2020 se estrenó la nueva adaptación en Live action de Mulán, protagonizada por Liu Yifei y dirigida por Niki Caro. El lanzamiento de esta película estaba previsto para el pasado mes de marzo, pero se retrasó por la pandemia. Ésta ha sido víctima de críticas muy duras, pues la tachan de no ser fiel a la película original.

Para hablar de la nueva versión debemos situarnos en el tiempo. La película animada se estrenó hace 22 años y aunque la Mulán de aquel momento representa la misma idea que la de este año, no podemos ignorar el hecho de que su personaje se ve ahogado por los protagonistas masculinos, y no solo por el hecho de que forme parte del ejército imperial, porque eso es evidente, sino por la simpatía de los personajes como Yao, Chien-Po o Ling y el “obligado” romance que debe surgir con el General. Estos acontecimientos consiguen desviar la atención de lo verdaderamente importante: Mulán rompe con los roles de género.
Las generaciones que han crecido con esta película están viviendo unos tiempos de cambio donde el feminismo, la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres y el papel de la mujer en la sociedad están a la orden del día. Por eso es muy interesante el enfoque que se le ha dado a Mulán en la nueva adaptación. En primer lugar, carecemos de personajes como Mushu, el grillo y la abuela. Lo sé, a todos nos rompió el corazón descubrirlo. Son tres personajes que dan mucho dinamismo a la película y lo más importante, el toque cómico de la historia. Esto ha hecho que la película sea mucho más dramática e intensa que su primera versión. Cierto es que la incorporación del personaje de la hermana de Mulán, en reemplazo de la abuela no aporta nada a la historia, salvo un contraste aun mayor con nuestra protagonista en cuanto a los convencionalismos que dicta su cultura, al igual que pasa con el Ave Fénix en la nueva versión, no aporta nada relevante a la historia salvo el hacer de guía de Mulán en una ocasión. Sin embargo, el hecho de que hayan prescindido de Mushu y el grillo tiene sentido al tratarse de un live action ya que puede quedar mal en pantalla.

En segundo lugar, los personajes masculinos dentro del ejército pierden peso, esto es importante para el personaje de Mulán. En la película de animación Li Sang, en la nueva versión llamado Chen Honghui (Yoson An), es el comandante, por tanto manda sobre todo el batallón, pero en el 2020 este personaje es un guerrero más a la misma altura que el resto de sus compañero y sobre todo, de Mulán. Situarlos como iguales ya supone un cambio, pues deben ser tratados de la misma forma. Por otro lado, sus compañeros Yao, Ling y Chien-Po siguen teniendo su papel cómico, pero mucho más debilitado a como los conocimos. De este modo, hemos conseguido que Mulán siga siendo el centro de las miradas. Además, es esta protagonista quien decide que el resto del batallón sepa que es una mujer, y a pesar de ser rechazada en un primer momento, acaba siendo aceptada de inmediato liderando ella la batalla. Esto muestra una importante huella de tolerancia. Sí le creyeron siendo un hombre ¿por qué no iban a hacerlo siendo una mujer?

Por último, como novedad aparece el personaje de Xian Lang (Gong Li), una bruja que adopta la forma de águila, el animal que acompaña al villano en la historia Bori Khan (Jason Scott Lee). Que este animal, al que todos odiamos en la primera película por lo molesto que era, haya adquirido forma de mujer tiene una gran importancia, junto a la protagonista, representa la otra cara de la mujer en la sociedad. Mulán quiere acabar con las desigualdades de género, Xian Lang es esclava de los hombres en búsqueda de un refugio, pues fue desterrada por su condición de bruja por su aldea. Sin embargo, a medida que avanza la película este personaje se da cuenta de que todas deben ser como Mulán, deben hacerse con un lugar en un mundo dirigido por los hombres. Finalmente, ésta se sacrifica por nuestra protagonista representando la sororidad entre mujeres y, probablemente, representando nuestra propia sociedad donde muchas mujeres dieron su vida para conseguir que las próximas generaciones tuvieran un mejor futuro.
Es cierto que la película carece de las canciones que nos dio la primera versión, del lado cómico y que algunas partes de acción son muy forzadas y artificiales. Además, el personaje de Chen Honghui no es creíble, pues desde el primer momento que conoce a Mulán – siendo en teoría un hombre – él le trata distinto que al resto y es mucho más cariñoso, como si supiera que en realidad es una mujer (o han querido darle una connotación homosexual a este personaje, lo cual sería fantástico). A pesar de todo esto, cuenta con una muy buena dirección de fotografía y unos decorados, maquillaje y vestuario muy acordes al momento histórico que quieren representar.
Esta nueva Mulán supone un cambio muy importante y necesario. Las personas que han crecido con esta película, a día de hoy son adultas y conscientes de todo lo que está pasando a su alrededor. Éstos serán los encargados de guiar a las generaciones del día de mañana y deben entender cosas tan importantes como las que nos intenta inculcar esta película: sororidad, igualdad entre hombres y mujeres y mostrar la realidad de que hay mujeres que deciden vivir sus vidas solas.