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El escultor argentino Luciano Garbati colocó la semana pasada una estatua de Medusa con la cabeza de Perseo enfrente de los Tribunales de Violencia de Género en Manhattan. La intención del escultor era empoderar la figura de la mujer, en general y de Medusa en particular. Sin embargo, movimientos como el conocido #MeToo han desatado toda clase de comentarios y controversias.
Violada, humillada y brutalmente asesinada. Esos tres escenarios son los que definen la trágica historia de Medusa, uno de los personajes más famosos de la mitología griega.
Los mitos son narraciones que están consagradas por la tradición y la leyenda cuya función principal es encontrar la explicación a aquellas cosas que parecen no tenerla, con una función esencial dentro de la sociedad. Estos relatos, no se quedaron enterrados entre las ruinas de la Grecia Antigua, sino que ha habido una constante reinterpretación de éstos en nuestra tradición literaria con una clara influencia a nivel político, moral, social y cultural, por ello, se han manifestado y representado en todas las disciplinas artísticas, y el mito de Medusa es un claro ejemplo de ello.
¿Cuántas personas no conocen la figura de Medusa? pero, ¿y su verdadera historia? Según la “Metamorfosis” de Ovidio, Medusa era una de las tres gorgonas, hijas de Forcis y Ceto. Para unos, eran deidades protectoras para otros, monstruos femeninos. De éstas, se dice que la más bella era Medusa, además de ser la única mortal.
Según la mitología griega, Medusa rechazó a Poseidón, dios de los mares, el cual quedó abrumado por su belleza. Todas las versiones coinciden en que Poseidón violó a Medusa en el templo de Atenea, porque ésta le rechazó. Este acontecimiento molestó a Atenea, por lo que castigó a Medusa dándole serpientes en vez de cabellos y convirtiendo en piedra a todo aquel que la mirase. No podemos obviar el hecho de que tanto Zeus como Poseidón, por ser las divinidades más importantes de la mitología clásica, reencarnan a la perfección la figura de violadores y abusadores.
Medusa queda embarazada de Poseidón y, a continuación, aparece la figura de Perseo, héroe e hijo de Dánae, que no aceptaba la relación de su madre con el Rey Polidectes. Éste último, en un deseo de intentar deshacerse de Perseo, lo mandó a por la cabeza de una de las gorgonas; de nuevo, la víctima fue Medusa. Perseo le corta la cabeza y la mete en un jarrón. De este acontecimiento nace Pegaso, el caballo alado, producto de la violación de Poseidón.
Influenciados por la narración de la mitología griega siempre se ha representado a Medusa como la “mala de la película”, aunque como vemos, ella siempre fue víctima de los abusos de Poseidón y de Perseo. Por ello, la historia, esconde tras de sí una trama que está muy relacionada con la actualidad, ya que es castigada por ser víctima de una violación y decapitada mientras duerme.
Por esta razón, la estatua creada en 2018 por Luciano Grabati, ofrece cambiar la narrativa original de la historia empoderando al personaje femenino de Medusa, presentando una interesante pero, comprometida relectura.
El famosos movimiento denominado #MeToo ha sido uno de los más críticos, ya que dicen que no encuentran representados sus valores, debido a que retrata de forma clara a un personaje con rasgos occidentales y más concretamente europeos, además de aparecer desnuda y sin vello, hecho que da pie a que se la sexualice, sin olvidar que la estatua está hecha por un hombre. Otro de los motivos a criticar es que aparece con la cabeza de Perseo, en vez de la de Poseidón, que fue su violador.
Todos y todas somos libres de entender la obra a nuestra manera, pero es indudable que la voluntad del autor consistía en transformar, cambiar y ofrecer una nueva relectura al mito de Medusa, que destaca por todo un conjunto de connotaciones negativas hacia Medusa, sin hablar de la verdadera historia y lo que le causó la maldición, siendo ésta la mala y no la víctima, cuando su único crimen fue ser bella.
En esta representación toma el control la víctima y nos hace reflexionar y plantearnos preguntas al respecto, todo mediante el rostro de una víctima y no de una villana.
Otras representaciones de Medusa
Perseo con la cabeza de Medusa, Benvenuto de Cellini (1545)
La escultura está conformada por dos cuerpos humanos: un hombre de pie (Perseo) con la cabeza de un cuerpo femenino (Medusa). Perseo acaba de decapitar con la espada que empuña a Medusa, mientras, con la mano izquierda sostiene triunfante la cabeza de la Gorgona tomada por su cabellera.

Cabeza de medusa, Caravaggio (1597)
La iconografía de Medusa fue utilizada habitualmente como talismán. Sobre un escudo, no había forma mejor de ahuyentar a los enemigos… Freud escribió sobre el monstruo: (“la cabeza de Medusa”), en el que se asocia a Medusa con la castración, el descubrimiento de la sexualidad materna. Mucho después, el movimiento feminista la adoptó casi como un símbolo de la ira femenina, un símbolo a respetar.
