¿Qué está pasando en el Sáhara Occidental?

sáhara_enelvértice Fuente: Canva

Irene Mira y Selene Serrano

Tiempo estimado de lectura: 6 minutos. 

El conflicto del Sáhara Occidental queda mucho más cerca de lo que pensamos. Y no sólo por kilometraje, sino porque, en pleno noviembre de 2020, continúa siendo una colonia pendiente de descolonización de España, aunque esta haga como que no sabe de qué hablamos. El conflicto reciente empezó el pasado 13 de noviembre, cuando, tras unos días de bloqueo de Guerguerat, las rutas comerciales entre Mauritania y Marruecos por parte del pueblo saharaui, un grupo militar iraquí empezó el desalojo de estos. Un día después, la guerra a Marruecos estaba declarada, y el alto al fuego de 1991 roto. 

¿Qué papel tiene España en esto? 

España fue potencia colonial de este territorio desde 1884 con la creación de Dajla o Villa Cisneros (una ciudad del Sáhara Occidental), hasta 1975 debido, entre otros motivos, a la muerte de Franco. Tras estos acontecimientos, Marruecos aprovechó para invadir el territorio militarmente (la conocida como Marcha Verde). En principio, esto finalizó a través de la firma de los Acuerdos Tripartitos de Madrid el 14 de noviembre de 1975. En ellos, España entregó la administración de Marruecos y Mauritania. Debido a esto, miles de saharauis tuvieron que huir y empezar una nueva vida en campos de refugiados como los de Tinduf y Argelia. Además, el Frente Polisario (movimiento de liberación nacional del Sáhara Occidental) que proclamó su independencia en 1976 creando la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), reconocida hasta el momento por más de ochenta países (aunque se trata de un reconocimiento limitado). La RASD administra la región al este no controlada por Marruecos, la cual es denominada como Zona Libre. 

Por tanto, una de las claves para comprender este asunto es que los acuerdos firmados en 1975 no tienen ningún tipo de reconocimiento a nivel internacional, es decir, nos encontramos con que el Sáhara Occidental continúa, todavía, en un proceso de descolonización de España. En 1976, de hecho, Felipe González, prometió que «el PSOE estaría con los saharauis hasta la victoria final». Aunque desde el punto de vista internacional el Sáhara Occidental siga dependiendo de España. 

¿Qué ocurrió con la promesa de autodeterminación que se hizo al pueblo saharaui? Pues una vez llegado al gobierno no se cumplió y no solo eso, sino que los diferentes gobiernos de España que han ido llegando al poder no se han atrevido, tan siquiera, a recomendar a Marruecos ofrecer una autonomía real a los saharauis. La mayoría de la ayuda española que recibe el pueblo saharaui se focaliza mediante vías de cooperación y asociaciones de amigos del pueblo saharaui, presentes sobre todo en Andalucía.

Por tanto, este conflicto cuenta con la presencia de dos bandos claros, los cuales se ubican en el territorio de Marruecos y el Sáhara Occidental. Éste último es un territorio dividido de este (zona controlada por los saharauis) a oeste (zona ocupada por Marruecos) por un muro de más de 2.000 kilómetros. 

Marruecos es una potencia regional que cuenta con aliados muy relevantes. Este país consiguió la independencia de Francia y de España en 1956. Geográficamente hablando, se encuentra separado del continente europeo por el Estrecho de Gibraltar, limita con Argelia por el este (cuya frontera lleva cerrada desde 1994), con el sur con el pueblo saharaui y por el norte con España, el cual es su principal socio comercial ya que comparte tanto fronteras marítimas como terrestres, entre ellas Ceuta, Melilla y las plazas de soberanía (territorios españoles situados en el norte de África, los cuales se contraponen a las áreas que constituían el protectorado español de Marruecos).

En cuanto al Sáhara Occidental; se trata de un punto discordante. Este territorio no es reconocido oficialmente como un país independiente a todos sus efectos. En comparación con Marruecos, nos encontramos en un territorio que apenas cuenta con respaldos en este conflicto. Se puede decir que cuenta con el apoyo de Venezuela, Bolivia o Azerbaiyán que poco pueden hacer frente a Marruecos y sus alianzas (desde EEUU a Israel o Francia). Argelia también apoya a los saharauis, pero en la actualidad, este apoyo se queda solo en la palabra. Además, no se puede olvidar que Marruecos trata al territorio saharaui ocupado como un territorio del propio Marruecos, cuando, en realidad, nada tiene esto de real.  

De dónde viene

El pueblo saharaui lleva décadas pidiendo su soberanía. De hecho, su proceso de descolonización fue interrumpido en 1976, cuando su potencia administradora, que ya hemos visto que es España, abandonó el Sáhara Occidental en manos de Marruecos y Mauritania. Ésto se realizó tras la Marcha Verde y conforme a lo dispuesto en los Acuerdos de Madrid (1975). El territorio está ocupado actualmente en su mayor parte por Marruecos, y este le ha dado el nombre de Provincias Meridionales, aunque la soberanía marroquí no es reconocida ni por las Naciones Unidas ni por ningún país del mundo. Además, es rechazada por el Frente Polisario.

En el año 2017 Marruecos intentó asfaltar la carretera de tierra que penetra en territorio de Mauritania pasando por el Guerguerat en el Sáhara Occidental. El ejército saharaui paralizó el asfaltado y el Frente Polisario denunció la violación del acuerdo militar número uno que marca una zona de cinco kilómetros que separa entre los dos ejércitos.

El del Sáhara es un conflicto geopolítico en todo su esplendor y que se ha desarrollado durante décadas. Tradicionalmente las potencias implicadas han sido Marruecos, España y Argelia. Pero es importante tener en cuenta a las que se esconden detrás o están en segunda línea: Francia y Estados Unidos. Para empezar, Marruecos y Francia cada vez mantienen relaciones más estrechas debido a su acercamiento en contra del terrorismo yihadista, y Washington incluso ha ofrecido alternativas a las bases en España, es decir, apoyo en cuanto a armas. Argelia apoya al Frente Polisario del Sáhara, pero ahora está inmersa en problemas internos que imposibilitan su posible ayuda. A su vez, Irán también se implicó haciendo llegar ayuda militar al Frente Polisario, esto, que en un principio puede parecer arbitrario, es porque Marruecos es aliado de Israel. Es decir, se trata de un conflicto de gran calibre que parece que pocos países se quieren perder. España sigue guardando silencio. 

¿Qué pasa ahora?

El conflicto se ha reavivado. Cientos de miles de saharauis, el pasado 20 de octubre, empezaron a bloquear el tráfico terrestre en el paso fronterizo de El Guerguerat, que conecta el Sáhara Occidental con Mauritania. Con el cierre de la brecha ilegal del Guerguerat en el sur del Sáhara Occidental, Marruecos y la misión observadora de la ONU han quedado paralizados ante este nuevo desafío de la sociedad civil saharaui. De esta forma, el pueblo saharaui quiere denunciar la violación de los derechos humanos y el saqueo masivo de recursos naturales, asi como presionar para que se acabe con el paso ilegal de personas y mercancías, que lleva aprovechándose el ocupante marroquí. ¿Qué ocurre? Este paso que han movilizado es vital para Marruecos ya que a través de él hace llegar mercancías a la vecina Mauritania. Por ello, el 13 de noviembre una operación militar iraquí llevó a cabo el desalojo de los civiles saharauis. Al día siguiente, el Frente Polisario declaró la «guerra total» a Marruecos. Desde entonces, el Frente Polisario (Sáhara Occidental) emite sus partes de guerra. 

Y ya van trece días consecutivos con ataques del Ejército de Liberación Popular Saharaui dirigidos a los sitios y atrincheramientos de las fuerzas de ocupación marroquíes a lo largo del muro de la humillación y la vergüenza, según el Ministerio de Defensa Nacional.

Está claro que la estrategia diseñada con el objetivo de hacer que prescriba la ocupación ilegal del Sáhara Occidental en cada resolución de la ONU, es de facto aceptar el lenguaje de la fuerza al lenguaje del derecho internacional, destruyendo las urnas a cambio de imponer una solución por agotamiento. La mediación pacífica está rota hace tiempo. Marruecos lo sabe, la República Saharaui también. Un viejo conflicto que nunca terminó, subyace en el interior de una región que vive la amenaza de las guerras de Mali y Libia. Corresponde ahora agitar este tablero geoestratégico que la ONU liquidó desde el inicio con su triste desidia.

Por tanto, algo claro es que los saharauis han conocido la guerra, la paz, el refugio y el exilio. Este pueblo ha sido dividido desde 1975 y no solo a nivel geográfico, sino que también ha dividido a las personas que lo habitaban. Por ello, muchos de ellos han dejado hace tiempo de creer en las Naciones Unidas y saben que sólo de ellos depende el destino del Sáhara Occidental. Dejar el derecho a la libre autodeterminación en manos de un grupo de países, es admitir la imposibilidad de ejercerlo alguna vez. Y, uno de los muchos problemas que surgen cuando se dan este tipo de conflictos es que siempre hay una parte que se queda sin voz. El pueblo saharaui lleva viviendo esta pesadilla desde los mal denominados Acuerdos de Madrid de 1975 en los que, como hemos visto, los ciudadanos y las ciudadanas del Sáhara no tuvieron cabida para estar (o no) de acuerdo.