La pandemia ha impedido que me encuentre en persona con Andrés Iwasaki, pero las tecnologías nos permiten vernos y charlar. En la pantalla de mi ordenador aparece un joven sonriente y de aspecto tranquilo. Me llama por mi nombre al saludarnos y se pasa la mano por la densa mata de pelo que cubre sus ojos oscuros y sus rasgos marcados. Tras formar parte del equipo de Pablo López en el concurso televisivo “La Voz”, cuya edición española emite Atresmedia; el joven sevillano de raíces asiáticas y latinoamericanas se ha embarcado en su primera producción musical individual. Conversamos sobre su pasado en “La Voz”, su futuro en la industria y su presente en su último single, Nace el hombre.
P: Tu música me apareció en las recomendaciones de Spotify. Opino que es la mejor forma de conocer por primera vez a un artista, sólo por su obra. Después descubrí que salías de “La Voz”. ¿Habías compuesto música siempre o fue a raíz del programa?
R: Pues no he compuesto música siempre, de hecho, yo lo que realmente quería ser era dibujante de cómics. Mi madre es restauradora y pinta. Fue por estar cantando con mis hermanas en el sofá, porque ellas se ponían a actuar, así empecé a interesarme por la música. Llegó un piano a mi casa, me puse a tocar y empecé con canciones que eran más bien bromas familiares para reírnos entre nosotros. Sí es verdad que, justo antes de «La Voz», estuve componiendo mis propias canciones e intenté sacarlas, pero no tenía tanto recorrido. A partir de «La Voz» mucho más, claro.
¿Y en qué momento algo hace click y decides que quieres dedicarte a ello?
Fue determinante un erasmus que hice en Inglaterra en 2015, en la Universidad de Newcastle. Allí, por cuestiones azarosas, conocí a gente que se dedicaba a la música y empezamos a tocar en bares, en cafeterías, en noches de micro abierto. Un amigo me pidió componer una canción y ya empecé yo a componer mis propias canciones en inglés e iba saliendo una canción detrás de otra y dije “mira, yo soy feliz”. Y estar en la residencia de estudiantes tocando y que todo el mundo se acercara. Ahí fue cuando me di cuenta de que quería dedicarme a la música y de que podía hacerlo.
Pero tus canciones son en español. ¿Pretendes sacar música en inglés?
Pues tengo varias. Sí quería pero, cuando he hablado con mi productor u otras personas que se dedican a este mundo, me han dicho que no tendría sentido para mi carrera sacar canciones en inglés. Tendría que mejorar mucho, enfocarme a un mercado exterior… y, obviamente, ahí ya no manejo. Pero me gustaría.
Al entrar en la industria de la música ¿haber salido de La Voz ha sido una ventaja o una desventaja?
Yo soy optimista y pienso que ha sido una ventaja. Sobre todo, ha sido un trampolín para que mucha gente que no tenía ni idea de que componía haya escuchado mis canciones, aparte del cover de Is this love o de Ojalá de Silvio Rodríguez. Me ha ayudado muchísimo. Por ejemplo, Al margen de ojalá la tenía en versión acústica de antes y tenía muy pocas reproducciones, pero recuerdo que, a partir de «La Voz», la gente empezó a indagar y a ver qué otras cosas había hecho. En eso considero que ha sido algo a mi favor. Otra cosa es cómo me ve la industria como producto al que puedan lanzar, eso sí que no ha ocurrido. Estoy de alguna manera gestionándome de forma autónoma, con un equipo de distribución que lo está haciendo muy bien.
“Para mí, cantar es jugar y también amar, y no tener miedo a decirlo en un mundo que tiene miedo a mostrarse inocente porque es lo más vulnerable”
Al margen de ojalá es seguramente tu canción más conocida. En la letra dices «por más errores que haya cometido, sigo vivo». ¿Cuáles son esos errores?
Guau, esta pregunta es increíble. Nunca me la habían hecho. Son errores para conmigo, de alguna forma. Soy una persona que se siente muchas veces culpable por sus decisiones, o por haber afectado a otras personas. Sí que es verdad que, cuando me pongo a pensar en los daños que he podido causar a amigos, pareja, familiares, lo que sea; pienso que la vida está llena de decisiones que no podemos cambiar, porque el pasado es lo que es y, de alguna forma, tenemos que perdonarnos y segur viviendo. Van por ahí los tiros. También digo en la canción Cada mañana: «han pasado los años, nunca me he hecho daño e intermitente es la curiosidad». Y creo que también puedo decir que siento que llevo una vida sana, no creo que haya causado grandes daños, pero siempre están esas pequeñas cosas… y se aceptan.
También dices en la canción que te da miedo la verdad, pero que hay libertad en ella. ¿Te sientes libre, personal y profesionalmente?
Profesionalmente sí. Siento que la creatividad de la música me ha dado una libertad y una capacidad para hablar de cualquier cosa en el lenguaje y estilo que yo quiera que es increíble. En mi vida soy una persona tímida e introvertida, por lo que siento menos libertad a la hora de expresar miedos, deseos… Ahora creo que estoy en un buen momento de mi vida en el que puedo expresarme bien y sintiendo más libertad personal. He tenido otros momentos en los que no podía hablar.
Tu forma de expresarte deja ver un trasfondo filosófico en las letras. ¿Eres humanístico?
Soy muy defensor de las humanidades. Estudié Humanidades en la Universidad Carlos III. Entré con muchos prejuicios porque venía de un bachiller humanístico y pensé que iba a pasar cuatro años viendo lo mismo que ya sabía. Quería hacer muchas cosas: arqueología, política, filosofía, audiovisuales… y finalmente entré en Humanidades porque, para cuando me decidí, era la única en la que quedaban plazas. Pero el primer año me gustó tantísimo que me quedé, y el segundo me enamoré completamente de la carrera. Me enamoré de lo transversal que es, de cómo conectan al final cada una de las ramas: en filosofía hablas de historia y también de literatura y arte… Te da una sensación de que el mundo está todo conectado. Pero la que más me gusta es filosofía.
¿Cuál dirías que ha sido esa película, libro u obra artística que ha marcado tu vida?
Creo que todo te marca, pero es verdad que hay momentos en los que somos más conscientes de que lo hacen. La última vez que yo sentí que algo me estaba marcando fue con El perfume de Patrick Süskind. Recuerdo que lo leí un verano y en ese momento conectó completamente conmigo. Quizá si lo leyese ahora no fuese lo mismo porque estoy en otro momento de mi vida y, quizá, viera en el personaje de Grenouille cosas que yo no sentiría o que no me fascinarían tanto. Pero fue un impacto muy grande. Ahora estoy pasando por un momento extraño de sequía literaria.
“Yo querría para mi futuro empezar a recoger lo que estoy sembrando ahora”
Acabas de lanzar Nace el hombre, un verdadero trabalenguas sobre la identidad y sobre relación entre el hombre y su nombre. ¿Quién es Andrés?
Precisamente me hice la misma pregunta cuando empecé a componer esta canción, que además fue después de unas clases sobre Wittgenstein, sobre el lenguaje y cómo necesitamos ponerle etiquetas a las cosas, porque el mundo cambia pero los nombres permanecen. En mis canciones siento que pocas veces hablo de mí como individuo, me gusta generalizar, hablar de todo el mundo. Con Nace el hombre hablo de la sociedad en general, de cómo necesitamos inmortalizar todo con nombres y que las cosas son cambiantes. Yo en 25 años siento que he vivido mil vidas, que he pasado por tantas cosas que el Andrés que era hace cinco años no es el Andrés que soy hoy. Me hace gracia pensar que en el futuro alguien dirá mi nombre y en él estará metido todo lo que soy ahora y todo lo que he sido y todo lo que seré. ¿Quién soy yo? Una persona que le da muchas vueltas a todo.
¿Y crees que se puede conocer a Andrés Iwasaki sólo escuchando sus canciones?
Bastante. Creo que sobre todo hay algo a lo que doy muchísimo valor, que para mí es una máxima; que es no tenerle miedo a la inocencia. En mis canciones quiero mantener siempre la parte inocente, la parte infantil que todos llevamos dentro. Para mí cantar es jugar y también amar y no tener miedo a decirlo en un mundo que tiene miedo a mostrarse inocente, porque es lo más vulnerable. Creo que ahí hay un gran valor.
Nace el hombre habla de vida, pero también habla de muerte. ¿La situación actual te ha hecho plantearte más el sentido de la vida?
Tengo que decir que las canciones que estoy lanzando ahora las había escrito hace años, pero culminan ahora, y han adquirido un significado completamente nuevo. Es algo muy curioso. Publiqué Al margen de ojalá justamente el 13 de marzo y cada canción ha ido saliendo con cosas que han pasado en el mundo. Saqué Préstame tu cocodrilo y se escaparon unos cocodrilos del Pisuerga, acabo de publicar Nace el hombre justo después del nacimiento de mi sobrino y justo el día de mi cumpleaños. Creo que está teniendo todo mucho sentido en el proceso de publicación. Las canciones que estoy componiendo ahora no hablan tanto de la muerte o la incertidumbre o cuestiones humanas, sino que hablan precisamente del mundo infantil, de encontrarse a uno mismo, del cariño. Me hace gracia la pregunta porque Nace el hombre habla de muerte y tiene todo el sentido reflexionar sobre eso ahora, pero las cosas que estoy escribiendo ahora son mucho más amables.
“Ojalá que abarque tu mirada tantas miradas como pasos vas a dar”. ¿Qué pasos te gustaría dar en el futuro?
Estoy más preocupado por mi futuro inmediato con la situación actual. Este año yo iba a trabajar y no ha podido ser así, no sé cuánto tiempo me puede quedar aquí en Madrid. Me he presentado a la residencia de estudiantes de Madrid, me haría mucha ilusión que me cogieran, porque sería pasarme un año entero becado únicamente creando. Pienso más en eso ahora que en futuro más absoluto. Por supuesto, me encantaría que a mis canciones les fuera bien. A Al margen de ojalá le está yendo muy bien, veo que mucha gente me escribe por esa canción, y eso para mí es un logro. Yo querría para mi futuro empezar a recoger lo que estoy sembrando ahora. Creo que estoy sembrando bastante profesionalmente y en mi vida personal y creo que eso va a tener repercusiones positivas.