La situación del arbitraje femenino en España

Partido amistoso Reto Iberdrola Fuente: Comité Navarro de Árbitros de Fútbol

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Algo especial posee el fútbol que es capaz de atraer y emocionar a tantas personas. Este deporte saca lo mejor y lo peor de sus aficionados. La euforia que les hace sentir se puede convertir con gran facilidad en frustración, y el centro de toda esa rabia suele ser el árbitro. Hoy en día esta profesión es abiertamente masculina. Muchas mujeres se han unido al mundo del arbitraje desde que Rosa Bonet se proclamó como la primera árbitra española en 1979, sin embargo, continúan estando en una clara minoría en los terrenos de juego. De las casi 16.000 personas que se dedican al arbitraje en España, son mujeres 900. Además, no solo hay disparidad en el número de colegiados, sino que también existe una diferencia en las categorías a las que arbitran. 

La valoración del arbitraje

Se podría decir que la figura del árbitro pasa desapercibida en el terreno de juego. Únicamente capta la atención del público cuando uno de los equipos se ve afectado por alguna de sus decisiones, y cuando consiguen esta atención, pueden recibir abucheos, gritos o insultos. “Generalmente el público no es consciente del esfuerzo que hay detrás de cada partido, de la preparación física y teórica con la que contamos. No es llegar y pitar, hay mucho trabajo detrás”, afirma Elena Contreras, árbitra de Primera División femenina, conocida como Liga Iberdrola, y de Tercera División masculina. Continuamente se cuestionan sus decisiones, pues siempre hay un equipo que se ve perjudicado. Daniela Postolache, árbitra de la categoría Preferente masculina y Reto Iberdrola, es decir, Segunda División femenina, destaca también la rapidez con la que tienen que tomar cada decisión. “En un partido de 90 minutos, si es movido puedes llegar a tomar 150 decisiones, y todas ellas en cuestión de segundos” asegura esta árbitra. 

Actualmente el arbitraje es una profesión más conocida, y esto hace que el público cada vez la valore más. Y aunque la valoración y el respeto no tendrían que depender del género, en ocasiones las quejas y las objeciones aumentan cuando es una mujer la que arbitra.

El machismo en el arbitraje

Las mujeres no han sido siempre bienvenidas al terreno de juego como árbitras. Varias de ellas han admitido que el público ha cuestionado más sus decisiones por ser mujeres. Postolache expone que mientras sus compañeros reciben gritos del público como “Parece que vienes de resaca” o “Vienes de fiesta”, los que han podido recibir las árbitras en ocasiones han sido “¿Qué haces aquí? Deberías dedicarte a barrer” o “No entiendes de fútbol, no tienes ni idea”. “ Parece que a veces tienen más en cuenta que eres mujer y se olvidan de que eres árbitra”, denuncia Andrea L. Jiménez, árbitra de categoría provincial. A la vez, considera que todavía hay personas que piensan que una mujer nunca va a estar igual de preparada para ser árbitra, porque “el fútbol es cosa de hombres”. 

Esta actitud no es solo propia del público, por parte de los jugadores las árbitras también han recibido un trato distinto. Postolache comenta que hace unos años, al entrar en el campo, los jugadores pensaron que era la novia de un compañero y sin preguntar le dijeron que tenía que subirse a las gradas. Considera que se debió a que aun no estaban acostumbrados a ver a una mujer arbitrando. Por otra parte, Andrea L. Méndez, árbitra Regional Preferente, sufrió el rechazo de algunos compañeros también hace algunos años: “No querían ir con nosotras porque no teníamos experiencia, te ven chica y piensan que por ello sabes menos”, comenta. 

Aseguran que también el ambiente en el terreno de juego puede ser diferente. Algunas de ellas han observado cómo en partidos arbitrados por hombres había un mayor clima de respeto que en otros arbitrados por mujeres. Son varias las que han sentido que no eran tenidas en cuenta, e incluso algunas de ellas, además de sufrir “burlas y vaciles” han visto cómo algún jugador intentaba ligar con ellas, algo que no suele ocurrir en los partidos arbitrados por hombres. Sin embargo, todas ellas coinciden en que los tiempos han cambiado, y que en la actualidad son vistas como una autoridad en el campo del mismo modo que lo son sus compañeros

“Han pasado muchas temporadas desde que las árbitras tenemos nuestras propias tallas y no tenemos que usar ropa de chico”, recuerda Contreras. También aseguran que ha mejorado la formación y la atención que reciben por parte de los diferentes Comités Técnicos de Árbitros durante sus entrenamientos. El público también ha cambiado, pues cada vez son menos las personas que se asombran al ver a una mujer arbitrando. Fermín Lampreabe, responsable de fútbol y arbitraje femenino en el Comité Navarro de Árbitros, es consciente de que aun queda mucho por hacer: “Al final educar a la gente y cambiar la mentalidad no es algo que se haga de un día para otro, esto es un camino y un proceso. Todavía hay mucha gente que le extraña que una mujer arbitre o que le parece que el fútbol es solo de chicos”, afirma. Aun así, las árbitras tienen claro que la situación está avanzando y que cada vez son más valoradas. 

La discriminación positiva en la Liga Iberdrola, ¿injusta o necesaria?

El mundo del arbitraje y el mundo del fútbol son uno. Los avances que se hacen en un campo al final repercuten en el otro. La importancia de los referentes y el auge que ha experimentado el fútbol femenino puede que hayan animado a que más mujeres se unan al mundo del arbitraje. Hoy en día, la Primera y Segunda División femenina reciben más apoyo y reconocimiento que nunca. Además, para impulsar el arbitraje femenino, se decidió que estos partidos fueran arbitrados únicamente por mujeres. 

A pesar de que algunas árbitras consideran que es injusto que únicamente las mujeres tengan la posibilidad de arbitrar en todas las categorías del fútbol masculino y femenino, la gran mayoría de ellas lo ven como una buena iniciativa. Reconocen que se trata de una discriminación positiva que a día de hoy es necesaria. Contreras considera que, si bien “puede hacer pensar a la gente que por ser chica ya puedes pitar”, esto no es así, ya que tienen que superar unos exámenes tanto físicos como teóricos muy exigentes, además de tener que asistir a seminarios y mantener una formación continua. “Si tú no pasas unos mínimos no puedes pitar la Liga Iberdrola”, concluye.

Esta iniciativa pretende crear referentes femeninos en el mundo del arbitraje, algo clave para que cada vez más mujeres se interesen por la profesión. Andrea L. Jiménez considera que se trata de una buena decisión, ya que además de ver mujeres en el campo dirigiendo encuentros, se potencia la figura de la mujer en el fútbol. Apunta también que a pesar de que esas árbitras “están ahí por ser mujeres”, son siempre las mejores. 

Los diferentes Comités españoles muestran su apoyo al arbitraje femenino y a esta idea. “En la liga masculina hay mucha competitividad a la hora de ascender porque existen más árbitros que árbitras, y hay que elegir a los más preparados, y en la actualidad el 95% son hombres y el 5% son mujeres”, asegura Nuria Gavilán, directiva y vocal del Comité Técnico de Árbitros de Madrid. Además, sostiene que “muchos factores sociales, políticos, psicológicos y biológicos” limitaron la presencia de la mujer en este deporte, pero que actualmente los factores socio-políticos se han superado y se va reconociendo a la mujer con el mismo derecho que el hombre a practicar este deporte. Por otra parte, Lampreabe considera que debería arbitrar la persona mejor preparada: “Tienen que ser los mejores, sean chicos o sean chicas, y la Liga Iberdrola es una manera de fomentar que cada vez haya más mujeres, es una manera de captar, motivar y hacer más atractiva esta profesión”, sostiene. 

María José Villegas, árbitra de la Liga Iberdrola, considera que tienen una clara ventaja respecto a los hombres porque para las mujeres “existe menos competencia en las categorías más altas como es la Primera División”. Sin embargo, sigue considerando que se trata de una buena iniciativa porque al no tener las mismas capacidades físicas que sus compañeros, la Liga Iberdrola permite que las mujeres jueguen “a un nivel alto” acorde con su físico

Todas ellas esperan que gracias a esta apuesta por el arbitraje femenino, con los años cada vez sean más las mujeres que se animen a formar parte de este mundo. 

¿Se puede vivir de ser árbitra?

En esta profesión no existe una diferencia entre los salarios de hombres y mujeres, sino que las diferencias dependen de las categorías a las que arbitren. A mayor categoría, mayor salario. En cuanto al fútbol masculino, la Primera y la Segunda División son consideradas categorías profesionales, por lo que el salario de sus árbitros les permite vivir exclusivamente de ello, mientras que en categorías inferiores esto no es posible. Son pocas las mujeres que arbitran categorías superiores masculinas. Actualmente solo hay una árbitra asistente en Primera División, dos en Segunda División y una árbitra principal y nueve árbitras asistentes en Segunda B; el resto de ellas se encuentran en Tercera División o en categorías inferiores. 

En cuanto al fútbol femenenino, la Primera y la Segunda División de la Liga Iberdrola está arbitrada únicamente por mujeres. Sin embargo, sus condiciones son diferentes a las del fútbol masculino, ya que tienen que compaginar el arbitraje con otros empleos porque el salario que reciben no les permite vivir de ello. 

La Primera Iberdrola será considerada liga profesional a partir de la temporada de 2021/2022; sin embargo, esta designación solo afectará a las jugadoras. Esto implica que las árbitras de estos partidos no accederán a un salario mínimo anual, un protocolo de maternidad o vacaciones de 30 días anuales, beneficios que sí tendrán las jugadoras. Marisa Villa Gutiérrez, que forma parte de la Comisión Técnica del C.T.A., afirma que una vez profesionalizadas las jugadoras, se estudiaría la posibilidad de que las árbitras también lo fueran. Pero hasta ese momento, las mujeres solo pueden vivir de esta profesión si arbitran categorías superiores masculinas. 

Las árbitras de Primera División femenina reivindican poder acceder a las mismas condiciones que las jugadoras, mientras que los Comités aseguran estar dotando de más recursos a estas competiciones. El principal problema al que se enfrenta el fútbol femenino es que no genera los mismos ingresos que el masculino. Sus partidos tienen una menor asistencia, lo que se traduce en un menor número de patrocinadores y un menor interés por parte de las televisiones o los medios de comunicación. Por ello es tan complicado que las mujeres puedan vivir de arbitrar estas competiciones femeninas. Gavilán coincide en que sería un gran paso profesionalizar el arbitraje, a la vez que asegura que poco a poco se irán consiguiendo más metas: “Hay que seguir luchando y apostando por el fútbol y arbitraje femenino, ya que cada vez gusta más a las niñas y mujeres que lo practican”, afirma. 

A pesar de que el arbitraje no es una profesión fácil, todas coinciden en que merece la pena todo el esfuerzo que hacen y toda la presión que reciben en cada partido. Contreras asegura que “siempre gana más lo bueno que lo malo”. Animan a cualquier chica a iniciarse en esta profesión, porque además de las buenas experiencias y el crecimiento personal, consigues formar “una gran familia”. “Si vas a cualquier punto de España o del mundo siendo árbitro, sabes que siempre tendrás algún amigo”, comenta con ilusión esta árbitra.

Aunque la situación de las árbitras en España aun puede avanzar y mejorar, todas están de acuerdo en que el arbitraje español se encuentra en una buena posición. Consideran que existen grandes referentes femeninos a nivel nacional, pero también a nivel internacional, que ayudarán a que en un futuro cada vez sean más las chicas que se animen a arbitrar.