En los meses de marzo hasta junio del pasado 2020, la prensa y las redes sociales se llenaron de ideas de lectura para aquella cuarentena que cogió a los españoles tan desprevenidos. Esos libros que llevaban años en la estantería empezaron a verse en las mesillas de noche, y, algunos españoles y españolas, volvieron a vérselas con personajes de los que se habían olvidado. De hecho, en las propias redes sociales se empezaron clubs de lectura alternativos como el hashtag #YoMeQuedoEnCasaLeyendo en el que algunas editoriales decidieron publicar versiones gratuitas y electrónicas de algunos libros para su uso y disfrute.
Pero aunque esa es una cara de la realidad, también existió la contraria: y es que según algunos editores como Trinidad Vergara, muchas personas no pudieron concentrarse en la lectura pues el momento que se vivía, era, cuanto menos, inquietante. Pese a esto, el tiempo dedicado a la lectura aumentó de 47 minutos al día a 71 según un estudio publicado por la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE). Además, en este mismo estudio, los participantes consideraron que leer era la tercera actividad que más ayudaba a pasar la cuarentena, después de ver la televisión y hablar por teléfono. Aún así, quedaba en el puesto número nueve en “actividades más realizadas” por detrás de otras como usar redes sociales, cocinar, escuchar música, etc.
Los libros más vendidos de esta etapa han sido novelas como Reina Roja (junto con su segunda y tercera parte) de Juan Gómez Jurado o La cara norte del corazón, de Dolores Redondo. Pero según algunas librerías, los libros de autoayuda y de ejercicio, recetas y comida sana han tomado protagonismo debido a la situación que se ha vivido.
Libros digitales
El libro en papel sigue siendo el soporte que más se lee. Pero con la presencia de la pandemia, y la incapacidad de comprar libros en papel durante la cuarentena, los libros en formato digital ganaron protagonismo. De hecho, el 39% de personas han reconocido usar los soportes digitales, mientras que, antes de la cuarentena, el porcentaje era de 29,1. Por tanto, la tablet, el móvil, el ebook y el ordenador se han convertido en unas plataformas de lectura más. Además, se realizaron iniciativas como rebajar los precios de los ebook o de los libros digitales en general, así como los clubs de lectura digitales y promover el préstamo digital desde las bibliotecas, lo cual ha facilitado al lector poder acceder a ello.
Venta en librerías

La venta de libros en librerías ya venía creciendo desde hace algunos años, pues según el estudio publicado por la FGEE, las ventas de libros habían incrementado en un 2’4% respecto a años anteriores. Tras la cuarentena, esta cifra no fue a peor. Pese que el estudio del 2020 no se encuentra aún publicado, los libreros nos lo corroboran. “Hemos notado un incremento indudable en las ventas tras la cuarentena, parece que la gente quiera tener libros en sus casas, por si acaso” nos cuenta la dependienta de la Librería Lobo Flaco, en Getafe.
Por otra parte, lo que más se lee son las novelas, “el ensayo se ha mantenido como años anteriores, sin cambios” dice Fausto, propietario de la librería Món de Llibres en Mallorca. Todo apunta a que, más allá de los best sellers, tras la cuarentena también se han vendido más libros de autoayuda, así como libros que explican el propio fenómeno de la COVID-19.
Pese a este incremento en ventas, las librerías no han dejado de reinventarse, por ejemplo, celebrando un segundo Sant Jordi, lo que ha ayudado al pequeño (y gran) comercio a aumentar sus ventas.
Punto de vista de bibliotecas
Las bibliotecas, sin embargo, han tenido un camino diferente. La pandemia ha hecho que haya que reducir aforo, personal y poner unas medidas de seguridad muy claras, así como una cuarentena para los propios libros. Con esto, los prestamistas madrileños han notado un uso más frecuente de la plataforma digital de la red de bibliotecas e-biblio Madrid, pero no un aumento de préstamos en físico. El bibliotecario de la biblioteca María Moliner añade “desde el 2007 para acá, los préstamos han bajado a la mitad. Si la gente sigue leyendo, lo hace en ebook.” Similar opina el personal de la Biblioteca José Luis Sampedro: “primero, con los préstamos con cita previa, fue de menos a más. Ahora… ahora ha bajado”.
Con todo esto, algo claro es que la lectura ha aumentado. Además, se ha visto la necesidad de dar protagonismo a formatos digitales y a nuevas iniciativas debido a la demanda de espacios de lectura telemáticos, un modo de interacción entre lectores diferentes como es el uso de hashtags en Twitter… Por otra parte, si bien la tendencia de los lectores ya era creciente, parece que la pandemia ha dado un último empujón para que se vea una gran diferencia entre la década del 2010 al 2020, según los diversos Barómetros de Hábitos de Lectura y Compra de Libros de estos años. Estos apuntan a que se ha pasado de una media anual de 8’7 libros por persona a, en pleno 2020, 10’9 libros, una considerable subida de 2’2 puntos.