Hoy, 15 de abril, es el Día Mundial del Arte. Este día es importante debido a la necesidad de destacar la implicación sociopolítica, económica y cultural que tuvo -y tiene- el arte en el desarrollo del ser humano.
¿Por qué escogieron el día 15 de abril? En abril del 2011, la AIAP/IAA (Asociación Internacional de las Artes Plásticas/International Association of Art) junto con la UNESCO, adoptó la iniciativa presentada por el Comité Nacional de Turquía para proclamar el día 15 de abril, Día Mundial del Arte en honor a Leonardo da Vinci. Da Vinci nació el día 15 de abril de 1452, y destacó desde el siglo XV hasta la actualidad, por su capacidad técnica e intelectual y su trascendencia como artista y erudito.
La resolución 206 EX/39 del Consejo Ejecutivo de 15 de marzo de 2019, en sus propósitos y objetivos, plantean promover el Día Mundial del Arte a partir de tres enfoques generales y complementarios: la interacción, la enseñanza y aprendizaje, y la creación.
Además, promueven la manifestación de la libertad de expresión, el desarrollo de actividades relacionadas con el Día Mundial del Arte y la diversidad de expresión “como parte del proceso humano natural de crear conocimientos a través de la imaginación, y el debate abierto sobre el papel de las artes en el futuro”.
En definitiva, este documento reconoce la contribución del arte a la difusión del conocimiento y la importancia que tiene para fomentar la creatividad, la innovación y la diversidad cultural.
El punto 14 de estos propósitos y objetivos hace hincapié en que “no se tendrá en cuenta únicamente una idea tradicional del arte, sino que promoverá la innovación y la creatividad”. Pero ¿en qué se piensa cuando hablamos de arte? ¿Cuáles son los artistas o las obras que se nombran en primera instancia? ¿Picasso, Bernini, La Gioconda y Velázquez? ¿Qué pasa con los artistas actuales? ¿Realmente tienen esa libertad de expresión? ¿Reciben el reconocimiento que se merecen?
Actualmente, muchos artistas se han decantado por los medios digitales para crear su propia producción artística, innovando y reinterpretando las temáticas y las técnicas tradicionales. Otros, sin embargo, han seguido produciendo auténticas obras de arte desde el salón de su casa o desde un estudio, perfeccionando el modus operandi de años y años de tradición artística y, una vez más, reinterpretando el arte y la vida para conseguir reproducirla a partir de su propia percepción e imaginación.
Así mismo, las nuevas tecnologías han aportado grandes beneficios a la creatividad artística, pero también al modo de transmitir un mensaje. Los artistas actuales han aprovechado esta oportunidad para juntar arte y reivindicación y llegar a miles de personas en cuestión de segundos con su cuenta en Instagram, Facebook o Twitter.

Se aprecia en artistas como Valéria van der Ko, una artista cuyo mensaje artístico es simple: normalizar el placer sexual en las mujeres. Van der Ko representa mujeres en distintas posiciones y situaciones, en solitario y en compañía, algunas veces en contextos factibles y otras, en situaciones surrealistas e imaginarias.

Ella misma se considera persona antes que artista y cree fielmente en la representación de lo que ve y de lo que siente, pero reconoce que su arte no se interpreta como ella desearía. “Desafortunadamente, se llevan una falsa impresión sobre mí. Disfruto dibujando sexo, situaciones eróticas, desnudos y lo seguiré haciendo (…) porque soy una persona real”, afirma la artista en su página web. Valéria utiliza su trabajo para romper con los tabúes y acabar con los prejuicios.

Los artistas actuales merecen ser reconocidos por su capacidad técnica, pero también por su capacidad intelectual. ¿Podríamos decir que tienen la misma capacidad conceptual que los artistas de las Vanguardias? Sí, porque crean con una intención, con un propósito: desacreditar las leyes artísticas que se establecieron por los más poderosos, aquellos que consideraron que el valor artístico lo marcaba una tradición y una cultura determinada.
Ahora el arte tiene su propio mensaje, que no será el mismo que tuvo Caravaggio o Miguel Ángel, pero es propio en cada artista.