La carrera de Rafael García (Málaga, 1997) comenzó en 2020, concretamente, durante el periodo de confinamiento al declararse la pandemia mundial. Debido a la situación, no pudo continuar con su carrera situación profesional por lo que comenzó a realizar láminas para decorar las habitaciones de sus amigos y a subirlas a Instagram. El número de sus obras no ha parado de crecer – así como sus seguidores – y podemos ver en ellas la evolución de un artista emergente en el panorama nacional. Sin embargo, su pasión por el mundo del arte se remonta a años atrás, cuando dejaba volar la creatividad en sus blocs de dibujos que, ahora, están al alcance de todos y todas. Hoy le entrevistamos para conocer más acerca de su obra y del arte abstracto.
García se encuentra “cómodo” en la abstracción, pues asegura que se puede decir mucho con muy poco. Mediante sus cuadros, láminas y cántaros busca transmitir belleza y paz al espectador, pues sus pinturas tienen una finalidad estética. Este tipo de arte suele tener una gran acogida en cuanto a decoración se refiere. Sin embargo, cuando los museos dedican exposiciones a estas obras, sus seguidores parecen reducirse.
“Creo que a mucha gente le cuesta entender que el arte ha evolucionado desde el clasicismo de Leonardo, hasta el urinario de Duchamp”, afirma el artista. Asegura que este rechazo no es único del arte abstracto, sino que el arte moderno en general recibe las mismas opiniones. Defiende que el arte evoluciona, pasando de un estilo a otro, y no todas las personas aprueban estas transformaciones. Añade que para comprender el arte abstracto, en muchas ocasiones es necesario conocer el trasfondo de la época en la que se producen las obras: la política, la sociedad, la moda, la tecnología… García pone el ejemplo de Malevich, y cómo sus obras no son comprendidas a pesar del “significado intrínseco fundamental” que se encuentra detrás de ellas.

“Esto lo podría haber pintado yo” o “Esto lo podría hacer un niño pequeño”, son algunas de las frases que suelen acompañar a las obras abstractas. García destaca que hoy en día ya no son los críticos los que tienen la potestad para decir lo que es arte y lo que no. “El artista hoy en día puede decidir lo que es arte. Para mí, el arte es un juego donde todo vale, disfruto y creo que hay que hacer disfrutar a los demás”, sostiene.
Además, otra de las objeciones que se hace habitualmente a estas obras es su “inferioridad técnica” en comparación a otros tipos de arte. “Si es cierto que las obras abstractas no tienen el virtuosismo técnico de un Velázquez, pero hay que entender todo lo que rodea al artista abstracto”, declara García. Destaca cómo los impresionistas fueron despreciados en su época por salirse de lo “establecido”, mientras que hoy en día son igual de valorados que sus contemporáneos. Por ello, asegura que cada vez la sociedad está más cerca de conceder al arte abstracto “la importancia que se merece”.
Las obras de García tienen un sentido estético y decorativo. “Para mí, el arte produce su mayor impacto cuando hace que la parte racional del cerebro hable con la emocional, cuando despiertas un sentimiento en el espectador, es cuando todo cobra sentido”, declara el artista. Pero, ¿todo el arte abstracto tiene una funcionalidad estética? Esto depende de la pintura, pues mientras que hay artistas que esconden mensajes profundos detrás de sus obras, hay otros que solo buscan transmitir sentimientos, como es el caso de García.
Con la situación actual de pandemia en la que se encuentra sumida el mundo, García comenta cómo muchos de sus clientes quieren invertir en sentirse a gusto en su casa. Y es que el arte no tiene porqué estar solo en los museos, sino que puedes disfrutar de él en el salón de tu casa, y las obras de García son un buen ejemplo de ello.
Las flores de mi corazón Océanos de fuera Viva lo nuevo Milonga del solitario