Claves para entender el encarecimiento de la electricidad

Fuente: Pixabay

El encarecimiento de la factura de la electricidad lleva siendo noticia más tiempo del que nos gustaría. Cuando parecía que el precio del megavatio hora (MWh) se iba a estabilizar, vuelve a marcar un récord histórico, llegando este viernes hasta los 216,01 euros. 

Mientras que siempre se dan a conocer estas variaciones de precio, no siempre se indaga en las causas que podrían explicar este encarecimiento. Por ello, a continuación se exponen algunas claves necesarias que podrían ayudarte a comprender este tema.

Cómo se genera la electricidad

La electricidad se genera en centrales capaces de obtener energía eléctrica a partir de energías renovables (el viento, la luz solar, las mareas…) o no renovables (el gas natural, el carbón, el petróleo…). Una vez transformada esta energía en electricidad, se transmite por vías subterráneas o elevadas desde las centrales a unas subestaciones (instalaciones que controlan entre otras cuestiones la tensión eléctrica). Finalmente, la electricidad se envía a los hogares desde la subestación más cercana.

Sin embargo, la empresa que ha generado la electricidad no es la misma que la comercializadora. Esta última es la que compra la energía eléctrica a la empresa generadora y la vende a particulares y empresas. Sin embargo, también hay que tener en cuenta que en España existen dos mercados eléctricos: el libre y el regulado.  

Julio Usaola, catedrático del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Carlos III de Madrid, expone que en el coste final de la electricidad hay tres componentes: el precio de la energía, costes del sistema e impuestos. En primer lugar, el precio de la energía tiene en cuenta los costes de la producción de la misma. Por otro lado, en los costes del sistema se incluyen el precio de la red de transporte y distribución, las subvenciones a instalaciones de las renovables, cogeneración y residuos (RECORE) anteriores a 2015, y la deuda adquirida por el déficit tarifario hasta 2014. Por último, los impuestos incluyen el IVA y el impuesto de la electricidad (alrededor del 5,11%).  Lo que diferencia a ambos mercados es el precio que se cobra por producir electricidad.  

El mercado regulado

 La tarifa regulada PVPC (Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor) fue diseñada por el Gobierno y es regulada por este. Los clientes del mercado regulado se caracterizan por tener contratada una potencia inferior o igual a los 10 kW con una Comercializadora de Referencia (empresas que ofrecen tarifa PVPC).

El precio para el kWh en la tarifa PVPC cambia cada hora de cada día en función de la oferta y la demanda. El precio tiende a subir en los días y horas en los que más se consume, y baja en los momentos en los que menor demanda hay (normalmente durante la noche).

La factura de los clientes de esta tarifa se obtiene multiplicando los kWh consumidos en cada hora del día por el precio que tenía cada kWh en cada momento (unido a los mencionados peajes de acceso, cargos e impuestos). La mayor ventaja e inconveniente es que el coste cambia cada día y cada hora.

El precio se ve afectado por la oferta y la demanda, y cualquier factor externo que influya en el mercado. Además, esta tarifa solo la ofrecen un número limitado de comercializadoras, las cuales no pueden vender la energía en el mercado libre y no permiten a sus clientes que contraten otros servicios con ellas.

El mercado libre

La mayoría de comercializadoras de electricidad se incluyen dentro de este mercado. Lo que lo diferencia de la tarifa PVPC es que el precio lo fija la empresa, no cambia cada hora y día. Este varía según el contrato, al igual que ocurre con las tarifas telefónicas. De esta manera, el cliente sabe cuánto paga por cada kWh. Al contrario que en el mercado regulado, en el libre se pueden aplicar descuentos, combinar suministros (normalmente el gas) y sus precios suelen ser más estables. Al poder contratar diferentes tarifas, los clientes deben prestar más atención a cuál contratan. Esto al mismo tiempo les puede beneficiar, ya que, al adaptarse cada contrato a un determinado tipo de consumo, pueden obtener grandes precios. Además, en el caso de que se cambie este tipo de consumo, siempre se puede cambiar de tarifa.

La subida de la electricidad

Cuando los medios abordan el encarecimiento de la factura de la luz, no se suele profundizar demasiado. Como ya se ha mencionado antes, en España existe el mercado libre y el regulado, además, cada hogar puede tener una tarifa diferente. Por ello, cuando se habla de esta subida de precios, se olvida que no afecta a todos los hogares. Normalmente, cuando se dice que ha subido la luz, se está hablando de la subida del precio del kWh en el mercado regulado.

El precio del kWh en la tarifa regulada PVPC varía según la oferta y la demanda de energía. Algunos factores que pueden producir el encarecimiento de las facturas en este mercado son:

–          Las olas de frío o de calor: al aumentar la demanda de electricidad, se encarece su oferta.

–      La sequía, falta de viento y de luz solar. La energía más barata es la que se genera por energías renovables como solar, eólica e hidráulica (aunque también es bajo el precio de la nuclear). Sin embargo, en España estas centrales no consiguen cubrir todas las necesidades energéticas. Por ello cuando no llueve, no sopla el viento y el cielo está nublado, disminuye la capacidad de producir energía de las centrales renovables. Esto hace que sea necesario recurrir a otras fuentes como el petróleo o el gas natural (que tienen un precio más elevado).

–    El alto precio que está adquiriendo el gas natural, cada vez más demandado. España importa prácticamente la totalidad del petróleo y del gas, por lo que si ciertas circunstancias aumentan el precio de cualquiera de estas dos materias primas, el precio de la electricidad crece.

–      Encarecimiento de los derechos de emisión de CO2 impuesto por la Unión Europea que tienen que pagar las empresas que desprenden dióxido de carbono.

–      El impuesto sobre el Valor de la Producción de la Energía Eléctrica “grava al 7% la realización de actividades de producción e incorporación al sistema eléctrico de energía eléctrica” según la Agencia Tributaria. 

Cómo se establece el precio de la electricidad

Como ya se ha mencionado, el precio de la electricidad varía cada hora del día (aunque esto solo afecta en la factura a los clientes del mercado regulado). Al no existir una tecnología capaz de almacenar la energía eléctrica, se produce tanta como se consume. La energía producida se subasta diariamente en el pool eléctrico o “mercado diario”, un mercado mayorista gestionado por el OMIE (Operador del Mercado Ibérico de Energía), organización que gestiona todos los mercados eléctricos de España y Portugal.

Las generadoras de energía lanzan sus ofertas al pool eléctrico para el día siguiente. Con estas ofertas se cubre la demanda del mercado (en base a una serie de estimaciones) a un precio de mercado llamado precio marginal. Se llama precio marginal al precio que fija la última central en entrar en atender la demanda. En primer lugar, se tiene en cuenta la oferta de los productores más baratos, que suelen ser las centrales nucleares (y algunas renovables como la hidroeléctrica). Sin embargo, esto no es suficiente para la demanda de electricidad, es entonces cuando se van incorporando el resto de las ofertas (las no renovables), que son más caras. El precio se fija teniendo en cuenta la oferta de los últimos productores, que son siempre los más caros. Por ello, todas las empresas generadoras de electricidad, independientemente de qué tipo de energía empleen, venderán al mismo precio. 

¿Es posible evitar la subida de la factura?

Desde que comenzó la subida del precio de la electricidad los ciudadanos han reclamado soluciones a las comercializadoras eléctricas, al Gobierno… 

Una de las medidas más aclamadas ha sido la creación de una empresa pública. Usaola, que se ha centrado en la integración de las energía renovables en las redes y el mercado eléctrico, considera que no es el mejor método para evitar el encarecimiento de la factura: “Si la empresa pública estuviera bien gestionada, quizá podría actuar de forma que los precios bajasen algo. Pero esta buena gestión es mucho suponer”. 

Miguel Ángel Reyes Belmonte, Ingeniero Industrial Superior especializado en Energía, coincide con Usaola en que sería idóneo ajustar el precio de la electricidad mediante un adecuado diseño del mercado eléctrico, que refleje los costes y no transmita volatilidad en los precios al consumidor medio. Reyes afirma que no se debería permitir que una tecnología como el gas natural fije el precio de todas las energías. “El acceso a la energía debería garantizarse mediante una política económica y social adecuada, no ignorando los efectos medioambientales (con esto se refiere a no evitar los impuestos que penalizan la contaminación) o mediante subsidios que fomenten un consumo irresponsable”, asegura Usaola. Añade además que la energía debe tener un precio que se ajuste al coste, pero siempre incluyendo el coste de los efectos sobre el medio ambiente y el cambio climático: “Hasta ahora esos efectos se habían ignorado y la energía era barata”. En definitiva, Reyes explica que a nivel energético no es posible “hacer nada”, pues el precio siempre va a depender de las condiciones climatológicas y del precio del gas natural. Por ello, expone que a corto plazo la “única esperanza” para que el precio de la factura baje es que la climatología mejore. Mientras, a medio-largo plazo, asegura que la clave está en apostar por la transición hacia las renovables, de manera que se reduzca el peso del gas en el mercado eléctrico. Sin embargo, no descarta que las medidas políticas adecuadas puedan ser efectivas.