Tiroides: una glándula que actúa de la cabeza a los pies

Hoy vamos a hablar de la tiroides, pues es el día mundial de esta glándula. Mide unos 4 centímetros de ancho y se encuentra en el cuello, y además, produce dos tipos de hormonas, las tiroideas y la calcitonina. Sin embargo, la tiroides no está sola, por detrás tiene otras 4 pequeñas glándulas llamadas paratiroides que, como la calcitonina, regulan el metabolismo del calcio y del fósforo.

Las paratiroides y la calcitonina las dejamos para otro capítulo. Pero ¿qué hace la tiroides? Las hormonas tiroideas (HT a partir de ahora) actúan en todo el cuerpo: corazón, aparato digestivo, sistema nervioso… Las hormonas se controlan desde el sistema nervioso central y es la hipófisis (clásicamente conocida como pituitaria) la que da la orden de producir HT o no. Para producir hormonas, necesitamos que la hipófisis estimule su producción, y que el cuerpo tenga suficiente yodo. Una forma fácil de aumentar el consumo de yodo es usando sal yodada. “Si no tomamos yodo podemos padecer de tiroides”, nos afirma María José, mujer operada de tiroides desde hace 14 años.

Empezando por el principio, cuando aún no hemos nacido, las HT son esenciales en el desarrollo del cerebro antes de nacer. Por eso es habitual que las embarazadas tomen suplementos de yodo, y se hacen controles de niveles de hormonas durante el embarazo. Pero también es importante en el desarrollo durante la infancia. Para evitar que la falta de hormonas (hipotiroidismo) afecte a su desarrollo, a todos los recién nacidos se les hace una prueba al nacer que detecta el déficit de forma precoz. Esta prueba se llama prueba del talón, y sirve para detectar muchas otras enfermedades.

Y después de la infancia, ¿en qué me afecta una alteración de la tiroides? Menos en el desarrollo neuronal, que ya se ha producido, puede afectar en todo, ya que actúa en el metabolismo de todos los tejidos del organismo, “es una enfermedad que te afecta a todo, a todo tu organismo, afecta desde el último pelo de la cabeza a la uña pequeña del pie”, confirma Ángeles, mujer que lleva operada de bocio 17 años. 

Tenemos dos situaciones diferentes: cuando tenemos demasiada hormona (hipertiroidismo) y cuando es insuficiente (hipotiroidismo), y los síntomas son contrarios:

  • En el hipertiroidismo, el corazón late más deprisa, pueden dar sofocos, sudar más, que cueste conciliar el sueño, temblor de manos, nerviosismo y ansiedad, diarrea, pérdida de peso… Hay veces que han venido mis hijas y me han dicho: Uy mamá estás más delgada, y yo no he cambiado mi dieta en absoluto, pero es por la tiroides reafirma María José. 
  • En el hipotiroidismo pasa un poco al revés: cansancio, pocas ganas para hacer nada, el corazón va más lento, se tolera mal el frío, debilidad muscular, estreñimiento, caída del pelo, debilidad de las uñas… También puede haber cambios en la piel. En ambos pueden producirse cambios de humor. Cuando tenía 15 años me empecé a dar cuenta de que cada vez que me duchaba se me caía muchísimo pelo, mucho más de lo normal”, agrega Vicky, joven que padece de hipotiroidismo desde la edad que menciona. 

Hay diferentes causas que pueden producir hipertiroidismo: un nódulo que produce demasiada hormona, enfermedades autoinmunes… Y también hay muchas causas de hipotiroidismo. La más frecuente es una inflamación de la tiroides (tiroiditis) que limita su acción.

Sin embargo, si hablamos de la tiroides, es frecuente pensar en la palabra bocio. El bocio es un aumento del tamaño de la glándula. Ojo, este aumento de tamaño no significa que produzca más hormona, puede ir acompañado de hipertiroidismo, hipotiroidismo o función normal. El bocio puede producirse por falta de yodo, por nódulos que aumentan su función, por inflamación, por otras enfermedades que lo aumenten de tamaño… Cuando se detecta un bocio, hay que estudiar si está asociado a un exceso o un déficit de hormonas, ya que el tratamiento es totalmente contrario. Además, se valora si ha crecido tanto que produce obstrucción de la tráquea, lo que puede ser peligroso. En estos casos, se suele decidir operarlo. Esto es lo que le ocurrió a Ángeles: “No me operaron porque fuera cancerígeno ni nada, sino porque me estaba obstruyendo la tráquea”.

Imagen 1: bocio

Cuando tenemos hipotiroidismo, el tratamiento es con un suplemento de hormona (con levotiroxina). Sin embargo, hay personas que han tenido hipertiroidismo (independientemente de que tengan bocio o no) que también toman este suplemento. Esto se debe a que para controlar la enfermedad, se extrae la glándula o se bloquea su acción con otros fármacos, ya que la tiroides propia no funciona adecuadamente, y es mejor administrar la hormona.

Por ello, Ángeles nos explica que “Si tomo la medicación no me afecta para nada, estoy normal, pero si no la tomo lo noto mucho. Si tienes algún otro problema se altera y te tienen que cambiar la dosis”. Por otro lado, María José apunta que “me tienen que hacer análisis cada 6 meses porque se descompensa y me tienen que cambiar la dosis que tomo”. Mientras que Vicky afirma “tengo que acordarme de tomarme todos los días la pastilla por la mañana, pero aparte de eso no siento que me afecte”.

Cada patología de la tiroides es más habitual a una edad u otra, pero eso no significa que no pueda aparecer a otras edades. Es mucho más frecuente que se produzcan alteraciones de la tiroides en las mujeres. 

En atención primaria, al hacer una analítica por otro motivo se suele aprovechar para valorar los niveles de HT. Es rápido y nos da mucha información: “mis padres me llevaron al médico, a la semana siguiente me hice un análisis de sangre y poco después tuve los resultados”, confirma Vicky.