Enfermería versus Medicina: ¿En qué se diferencian?

Tanto la Medicina como la Enfermería son dos disciplinas que nacen de la necesidad de prevenir, mantener y recuperar la salud de las personas en su conjunto. Es decir, poseen un objetivo común y a pesar de ello, un distinto nombre, pero, ¿cuáles son sus diferencias? 

Bien es cierto que muchas de sus características son similares y, paralelamente, poseen una base común: amplios conocimientos en biología, química, anatomía y fisiología humana, entre otros. Aun así, hay que destacar que de estas características que comparten, cada disciplina las aplica en distintas proporciones en la práctica. Es este un factor importante para determinar sus diferencias.

Según la RAE, la Medicina es aquel conjunto de conocimientos y técnicas aplicados a la predicción, prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades humanas y, en su caso, a la rehabilitación de las secuelas que puedan producir. Sin embargo, la Enfermería es definida como aquella profesión y titulación de la persona que se dedica al cuidado y atención de enfermos y heridos, así como a otras tareas sanitarias, siguiendo pautas clínicas. Como vemos la Enfermería se engloba dentro de los cuidados y la atención a los y las enfermas, cuestiones que se pueden considerar más prácticas y con un alto nivel de inteligencia emocional, mientras que la Medicina se engloba dentro de saberes y conocimientos teóricos, intentando ser lo más objetivo posible. Arancha, estudiante de enfermería de último curso, afirma que “la Enfermería engloba muchos aspectos, pero el más importante es el cuidado del paciente, hacer todo lo que esté en nuestra mano para llegar a la curación o si no la hay paliar y hacerles más fácil la vida”. También confiesa que desde su punto de vista en la enfermería “hay más acercamiento y contacto con el paciente y su familia” y la Medicina “se basa sobre todo en diagnosticar y muchas veces no se tiene en cuenta otras esferas del paciente”. Rosa Rodríguez, más conocida en redes sociales como enfermerarubia coincide en que ambas profesiones tienen el nexo común de mejorar la salud del paciente, aunque “Medicina suele tener un enfoque directo al diagnóstico de la patología, y Enfermería al cuidado del paciente de forma holística”.

“Enfermería ocupa un subgrupo A2, que pertenece ‘diplomado’; cuando en realidad, debería pertenecer a un grupo A1 correspondiente a grado (o licenciatura) universitario»

Rosa Rodríguez

En cuanto a las especialidades, estas dos profesiones también se diferencian. La especialidad en Enfermería, al contrario que en Medicina, es opcional. Rosa Rodríguez nos explica que las diferentes especialidades -entre las que se incluyen Enfermería Obstétrico-Ginecológica (Matrona), Enfermería de Salud Mental, Enfermería Geriátrica, Enfermería del Trabajo, Enfermería de Cuidados Médico-Quirúrgicos, Enfermería Familiar y Comunitaria, Enfermería Pediátrica- están reconocidas a través del examen EIR (Enfermero Interno Residente), el cual una vez aprobado con derecho a plaza consta de dos años de formación para conseguir el título de enfermero/a especialista. Al ser esta opcional, no es necesario tenerla para ejercer la profesión. El problema, según comenta Rodríguez, es que algunas comunidades no tienen una bolsa de trabajo específica desde donde llamar a estos/as profesionales ya formados en el campo solicitante. También puede ocurrir lo contrario: “los centros llaman a profesionales que carecen de la especialidad y los ubican en un servicio específico por tener más puntuación general en bolsa”. Ana Pilar, graduada en Enfermería, recalca que “en muchas comunidades autónomas no existen esas bolsas específicas. De forma que aquellos profesionales que están en posesión de un título de especialista participan en las bolsas de Enfermería generalista, lo que hace muy complicado obtener un puesto de trabajo de la especialidad en la que se encuentra formado/a”. Por ello, describe que esta situación lo que provoca es que se genere una “gran desmotivación” a la hora de elegir la formación EIR en este sector.

Las diferencias entre ambas profesiones se extienden al ámbito salarial, pues a pesar de ser dos carreras universitarias, Medicina y Enfermería no se mueven en el mismo rango de salarios. Rosa Rodríguez nos explica cómo en escala de salarios “Enfermería ocupa un subgrupo A2, que pertenece ‘diplomado’; cuando en realidad, debería pertenecer a un grupo A1 correspondiente a grado (o licenciatura) universitario. Además, algunas compañeras son especialistas, gracias a la formación EIR de dos años, y con la que no obtienen diferencia retributiva alguna con respecto a las no especialistas”. 

Desafortunadamente, existe una constante discordia entre médicos/as y enfermeros/as a causa de quiénes son más o menos relevantes a la hora de brindar el bienestar a las personas. Es importante tener presente que a pesar de las diferencias que existen entre ambas profesiones, las dos son igual de necesarias e importantes para llevar a cabo esta labor, en donde lo importante es lograr el bienestar del paciente. La pandemia ha expuesto claramente cuán necesarios son ambas profesiones y sus trabajadores/as para mantener en marcha la sociedad. 

Y a pesar de que existen diferencias entre ambas disciplinas, son estas mismas diferencias las que hacen que se complementen. No se debe poner a una sobre la otra, ya que las dos aportan, desde su enfoque, las habilidades necesarias para el objetivo que comparten: la prevención, corrección y mantención del bienestar de las personas.