«La palabra del médico siempre vale más que la de cualquier enfermera»

Irene Mira y Anabel Cuevas

El gusto por las series médicas, la curiosidad por la cura de enfermedades o la vocación por cuidar de los demás son solo algunas de las infinitas razones que pueden llevar a una persona a adentrarse en el mundo de la salud y en concreto a la Enfermería. Esta profesión suele ir de la mano de palabras como “vocación”, “cuidados” o “atención”, pero también de otros adjetivos como “menospreciada” o “extenuante”.

Según un informe realizado por Infojobs, la Enfermería ha sido la profesión más demandada dentro de la categoría salud desde enero. Apuntan que en su plataforma en este último mes se han registrado 3.600 vacantes. Estas cifras reflejan que la demanda de estos/as profesionales de salud sigue siendo bastante alta. Además, el Consejo General de Enfermería denuncia que en España las ratios de enfermeros/as son muy bajas en comparación con las europeas. En nuestro país tenemos 6,25 por cada mil habitantes, mientras que la media europea es del 8,7. 

¿Más hombres médicos y más mujeres enfermeras?

En nuestro anterior artículo uno de los puntos en los que nos centramos fue en las diferencias entre la Medicina y la Enfermería. Rosa Rodríguez, enfermera conocida en redes sociales como enfermerarubia ,comenta que las diferencias son fáciles aunque poseen nexo común. “Medicina suele tener un enfoque directo al diagnóstico de la patología, y enfermería al cuidado del paciente de forma holística”. 

Nuestras entrevistadas coinciden en que una de las bases de la enfermería son los cuidados y éstos han estado relacionados, a lo largo de la historia, con las labores de la mujer. Sin embargo, estos cuidados tienen como objetivo y finalidad promover la salud y el crecimiento fomentando la autonomía de los pacientes. Por ello, Rosa define la Enfermería como “la ciencia del cuidado”. 

Ana Pilar, graduada en Enfermería, nos cita el estudio Médicos en España: cuántos hay, qué edad tienen y cuál es su género, publicado por la revista Redacción Médica, en el que se pone de manifiesto como en el año 2019 existía una predominancia del sexo femenino en la carrera de Medicina. Eduardo Cantón, estudiante de sexto año de Medicina nos corrobora esto: “En mi clase predominan con diferencia las chicas, son un 75% y nosotros un 25% y en la carrera en general, entorno a un 60% o 70% son chicas” Además, también confirma que “a más edad más proporción de hombres hay, es decir, entorno a los 50/60 años la inmensa mayoría son hombres, pero a medida que son más jóvenes se invierte y hay más mujeres y de ahí los porcentajes”. Algo parecido ocurre en Enfermería: “En mi clase de la carrera, de aproximadamente 110 estudiantes que estábamos matriculados y matriculadas, sólo unos 10-15 eran chicos”, comenta Ana Pilar a En el Vértice.

Doctor sitting at desk and writing a prescription for her patient /Fuente : Pixaby

Brecha salarial: las mujeres ganan un 24% menos

Un nuevo informe realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) recogido por Europa Press refleja que las mujeres que trabajan en el sector sanitario ganan un 24% menos que los hombres. 

Este estudio muestra que los salarios en el sector de la salud y la atención suelen ser más bajos de lo normal, pero esto se acentúa en el caso de las mujeres. Además, se pone de manifiesto que esta brecha salarial varía según el país, mostrando que “no son inevitables y que se puede hacer más para cerrarlas”. 

Se denuncia que “las mujeres constituyen la mayoría de los trabajadores en el sector sanitario, pero en demasiados países los sesgos sistémicos están dando como resultado sanciones salariales perniciosas en su contra”, y por ello piden desde OIT y OMS que este estudio sirva de pretexto para que los gobiernos lleven a cabo medidas efectivas. 

Además, esta diferencia de salario no solo se da entre hombres y mujeres dentro del sector sanitario, sino que también hay unas diferencias muy claras dependiendo de la profesión que realices. Es decir, según los datos recopilados por la consultoría Adecco, y publicados en un artículo de la revista Redacción médica, nos cuenta Ana Pilar, la brecha salarial entre profesionales de medicina y enfermería supera los 21.000 euros. Esta situación varía dependiendo de la Comunidad Autónoma en la que te encuentres; “estás diferencias se encuentran más acentuadas en el País Vasco, Baleares y Canarias”, afirma.

Esta disparidad y desigualdad se deja notar -no sólo, pero sobre todo- en los cargos más altos como puede ser, por ejemplo, el caso del salario de un director Médico y del de un director del Servicio de Enfermería, entre los que las diferencias pueden alcanzar unos 28.000 euros aproximadamente.

“Para algunos seguimos siendo un ‘ayudante del médico’”

Las diferencias y desigualdades entre ambas disciplinas son claras. En muchas ocasiones el personal enfermero tiene que hacer frente a excesos de confianza por parte de los pacientes. Arancha, estudiante de Enfermería asegura que “muchas veces los pacientes al entrar a la habitación te llaman niña, chica, señorita, y por el contrario a los médicos les llaman de usted como señal de más respeto o de más autoridad”. Por otro lado, Rosa asegura que esto ocurre porque “el colectivo enfermero es quién más tiempo pasa con los pacientes, y por eso traspasan la barrera de la confianza”. “Para algunos seguimos siendo un ‘ayudante del médico’, sin embargo nosotras seguimos luchando día a día para que se valore nuestra profesión”, nos cuenta.

Una enfermera del Hospital de Fuenlabrada a la que llamaremos Marta para preservar su identidad destaca que “existe una diferencia abismal entre el trato de los pacientes a los médicos y hacia los/as enfermeros/as”. De hecho, asegura que en muchas ocasiones los pacientes “se quejan durante horas” al personal de enfermería, pero cuando llega el médico “esa queja desaparece y les hablan con mucho más respeto y con mucho más cuidado”. 

Marta también recalca que “la palabra del médico siempre vale más que la de cualquier enfermero/a”. “Recuerdo una vez que a un paciente su médico le dijo que en principio podía comer, pero más tarde al ver sus análisis cambió de opinión y nos dijo a las enfermeras que se lo trasladáramos. Sin embargo, el paciente no nos creía, y se negaba a hacer caso hasta que no fuera el médico quien se lo dijera”, concluye.