Cobertura sanitaria y atención primaria

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Eduardo Cantón

Según la OMS, la cobertura sanitaria universal (CSU) implica que todas las personas reciban los servicios de salud que necesitan sin que sus recursos económicos sean un condicionante. La CSU abarca todo el espectro de servicios de salud esenciales y de calidad: prevención de enfermedades, tratamiento, rehabilitación y cuidados paliativos. Es uno de los objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030.

Sin embargo, la OMS también advierte de que actualmente cerca de la mitad de la población mundial carece de acceso a los servicios de salud básicos. Por otro lado, millones de personas se ven abocadas a la pobreza para poder pagar los servicios de salud.

Frente a este problema, afirma que entre el 80% y el 90% de las necesidades sanitarias de la población a lo largo de su vida podrían ser atendidas desde la atención primaria, y que es en esta donde hay que poner las inversiones para alcanzar la CSU. Para ello, los sistemas de salud deben cambiar, basándose en las personas atendidas y no en enfermedades a tratar, teniendo en cuenta la comunidad a la que pertenecen y la multidimensionalidad de la salud. Es decir, abordar la salud desde un enfoque físico, mental y social.

En España, la Atención Primaria es ejercida por los médicos especialistas en Medicina Familiar y Comunitaria. Esta formación aporta al especialista las habilidades para llevar a cabo estas funciones en un equipo en el que otros profesionales adquieran una mayor importancia: enfermería comunitaria, psicología clínica, fisioterapia… Sin embargo, los medios no son suficientes, y la presión asistencial es cada vez mayor.

Aunque el marco teórico de la especialidad y de la conformación de los Centros de Salud se adecúan a lo que se considera esa cobertura sanitaria universal, la realidad es otra. En la actualidad, priorizamos cada vez más la tecnificación y el uso de máquinas diagnósticas en detrimento de la relación con los pacientes, del contacto tú a tú. Las consultas de atención primaria deben atender a tal número de pacientes día a día que imposibilita abordar la salud desde todos sus enfoques. Aboca al especialista a tratar a los pacientes como si de un restaurante de comida rápida se tratase, impidiendo hacer hincapié en la prevención y los problemas psicológicos o sociales de forma adecuada.

Cerca de la mitad de la población mundial carece de acceso a los servicios de salud básicos

Eduardo Cantón

El 21 de noviembre se convocó en la Comunidad de Madrid una huelga indefinida del personal sanitario de Atención Primaria. Sus principales reivindicaciones son: al menos diez minutos de consulta por paciente, limitación de las agendas, mejoría de las condiciones laborales y retributivas para frenar la cada vez mayor emigración de especialistas a otros países, principalmente de Europa. Esta situación es especialmente crítica en la capital pero, si no mejoran las condiciones asistenciales en otras Comunidades Autónomas, es posible que las protestas se generalicen. Ya se han sucedido las protestas también en Aragón y Navarra. Por otro lado, en Andalucía, la Comunidad con mayor carga asistencial por profesional, el Sindicato de Médicas y Médicos de Atención Primaria amenaza con convocar movilizaciones en enero si no se empieza a actuar. Otras comunidades en las que se plantean sumarse a estas reivindicaciones son la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha o Cataluña.

Esta huelga defiende que la cobertura sanitaria universal de la que gozamos en España no se destruya. Que se necesitan al menos 10 minutos para entender mínimamente a un paciente, revisar sus tratamientos, cribar enfermedades. Defiende que la Atención Primaria del Sistema Nacional de Salud debe ser la base de la atención sanitaria.